Nunca ha pasado inadvertida. Cuando los españoles pisaron estas
tierras, les llamó la atención aquel arbusto y los variados usos a él asignados
por los nativos. Es un arbusto que mide de dos a tres metros de alto,
posee médula gruesa y blanca, y tallos grisáceos o verdosos.
Sus hojas presentan pecíolo largo, el cual al desprenderse da un
jugo lechoso; resultan más anchas que largas, trilobadas casi a la mitad e
irregularmente dentadas, de color verde subido en el haz y verde en el envés,
tienen pelos mordiscantes, que causan picazón cuando se les toca.
Los recién llegados la vieron como un arbolillo de blandas ramas,
con mucha leche y hojas parecidas a las de la berza (col), las cuales eran
guisadas, y buenas para comer con mucho tocino gordo. Precisamente, así la
describió el mismísimo Fray Diego de Landa en las páginas de la Relación de las
cosas de Yucatán.
La chaya crece en regiones costeras del Golfo de México y del Mar
Caribe. Su descubrimiento resulta un excelente legado de la cultura Maya. Según
los investigadores, de ella se emplean las hojas y los pecíolos. Y afirman que,
al analizar la composición química de las primeras, se observa que son ricas en
sales de hierro, calcio, vitamina "A" y, sobre todo, vitamina
"C". Sin embargo,
hay que cocinar la chaya, porque las hojas crudas son tóxicas; pues contienen
un glucósido que pueden liberar al tóxico cianuro. El cocinarla es esencial
antes de consumirla para hacer inactivos los componentes tóxicos. Cocinar
durante 20 minutos o más hace las hojas seguras de comer.
José Díaz Bolio (1906-1998), conocido maestro de la ciencia Maya,
en su crónica etnobotánica dedicada a dicho vegetal, comentó que, al combinarlo
con el maíz y con la pepita de calabaza -llamada "ziquil" -, da lugar
a un alimento excepcional, capaz de asegurar la subsistencia del ser humano
durante largo tiempo.
El especialista meridano, quien se adiestró en la fabricación y
distribución de diversos productos cosméticos y medicinales en los negocios de
droguería y farmacia de su padre, además se refirió a la mezcla de la chaya con
harina de frijol soya y a su valor nutritivo. En tal sentido, relató su propia
experiencia después de tomar un atole elaborado con ambos nutrientes.
Pues bien, licuó dos cucharadas colmadas de harina de soya, cinco
hojas de chaya -de tamaño regular-y medio vaso de agua. Aparte, en una olla de
peltre, puso a hervir la cantidad de un vaso de agua. Tan pronto rompió el
hervor, añadió lentamente lo licuado, que coció durante cinco minutos sin dejar
de moverlo. Transcurrido ese tiempo, lo retiró del fuego y utilizó miel natural
para endulzarlo.
"El resultado fue - describió Díaz Bolio - que a las tres de
la madrugada despertamos con una sensación de resistencia física inusitada. Fue
como si hubiésemos cenado un bistec de un cuarto de kilo de carne de res, pero
sin los inconvenientes de la carne. Nos sentíamos sobrados de energía y con
ánimos de encender la luz y ponernos a trabajar".
El también poeta, periodista e historiador recomendó ensayar la
combinación de chaya y soya agregándole maíz y "ziquil" o pepita
decalabaza, con el objetivo de obtener un producto de alto valor alimenticio
que, a la vez, sea recibido con agrado por el paladar.
Además del aviso mencionado arriba sobre la necesidad de cocinar
la chaya, hay dos recomendaciones importantes hechas por el investigador. La
primera señala que, siendo la chaya muy rica en proteínas–como todo parece
indicar–, no es saludable tomarla en demasía, debido a que estudios de
nutrición relacionan el exceso de proteínas con la formación de tumores
cancerosos.
La segunda aconseja no cocer esta especie verde en envases de
aluminio y menos dejarla reposar en ellos, puesto que su jugo o caldo ataca al
aluminio, llegando a convertirse en un producto tóxico.
Propiedades...
|
·
Alcalinizante.
·
Antibacteriana.
·
Anticarcinógena.
·
Antifúngica.
(anti-hongos)
·
Antiinflamatoria.
·
Antimutagénica.
·
Antioxidante.
·
Antivírica.
·
Cardioprotectora.
·
Cicatrizante.
·
Desinfectante.
·
Desintoxicante.
·
Desodorizante.
·
Digestiva.
·
Equilibradora del
metabolismo.
·
Hipocolesterolemiante.
(baja el colesterol)
·
Hipotensora. (disminuye
la presión sanguínea)
·
Inmunoestimulante.
(aumenta las defensas)
·
Muchas otras bondades.
·
Potenciadora del
rendimiento muscular y nervioso.
·
Purificadora de la
sangre, intestinos, riñones e hígado.
·
Regeneradora de tejidos.
(regeneradora celular)
·
Revitalizante.
·
Tonificante.
Además este verde pigmento...
·
es fuente de enzimas
esenciales como la lipasa, la amilasa o la proteasa, entre otras.
·
estimula la formación de
glóbulos rojos.
·
favorece la asimilación
de nutrientes.
·
fija el calcio en huesos
(osteoporosis)
y dientes.
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